En tiempos de soledad
me da por imaginar
que aún existes
que aún te siento
que la tristeza fue solo un invento
que aún admiro tus ojos de fuego
que aún soy parte de tus pensamientos.
Pero no es verdad.
Lo único cierto es que ya no te veo;
la distancia es lo único verdadero
y lo único claro de tu partida
fueron las dudas paridas en mi cabeza.
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