Me despierto con el día
que hasta ayer era futuro.
Me levanto de la cama
que mis sueños auspició.
Me devuelvo hacia un mundo
que se adentra en lo profundo
de la envidia, la ambición y el dolor.
Me sorprendo cuando veo
a un humano bondadoso que realiza algún favor.
Me lamento pero es cierto: se ha extinto el amor.
Muchos rezan e imploran
llegar a un sitio sin maldad,
pocos ríen e ignoran
que no existe tal lugar,
sólo queda en ellos mismos recordar
que la Tierra fue algún día
un verdadero hogar
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