No te salves

No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma 
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios 
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo 

pero si 
pese a todo 
no puedes evitarlo 
y congelas el júbilo 
y quieres con desgana 
y te salvas ahora 
y te llenas de calma 
y reservas del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
y dejas caer los párpados 
pesados como juicios 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo 
y te quedas inmóvil 
al borde del camino 
y te salvas 
entonces 
no te quedes conmigo.

Benditos malditos

Benditas sean las bajas pasiones
que no se rajan cuando pintan sables;
los labios que aprovechan los rincones
más olvidados, más inolvidables.

Bendito sea el libro de la calle,
los viejecitos verdes con petaca;
las medias con costura, que detalle,
los quitapenas que dejan resaca.

Las marujitas que pierden al bingo,
los descendientes de los animales,
los miércoles con ropa de domingo.
Los adustos, los Dandis insolventes,
los justos que parecen subnormales,
los iguales a mí; los diferentes.

Malditos sean los bobos con medalla,
los probos ciudadanos,
los chivatos, los candidatos,
-¡cierra la muralla!-,
los ascetas a dieta de tres platos.

Los ungidos, los líderes en serie,
los que tiran penaltis de cabeza;
los que ignoran la voz de la intemperie,
los que adoran al dios de la certeza.

Malditas sean las muertes naturales,
los que besan a plazos mensuales
y se confiesan en cuatricromía.

El hombre imaginario

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes, tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario

Ánimo Sabina

Con toda la admiración y el respeto que el gran Joaquín Sabina merece, hacemos extensivos nuestros versos de aliento. Sentimos profundamente la cancelación de su gira por temas de salud y esperamos sinceramente que se recupere íntegra y rápidamente.

Habitación 36

Un dormitorio, una azotea, un aula de clases, una oficina, un escondite. Habitación 36 es el universo de lugares donde usted y yo hemos estado, en situaciones distintas y momentos diferentes. Habitación 36 es la recolección de los versos que se le caen a la vida en su manifestación más espontánea de cotidianidad.

Habitación 36
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El olvidado

Se lo encuentra fácilmente en cualquier calle
aunque a veces tenga un nombre, jamás un carné,
tiene rostros parecidos aunque nunca iguales,
el olvidado peregrina solo y siempre a pie.

Te lo topas a diario aunque no percibas
que te observa y se imagina cómo fuera
si por los albures del destino y de esta vida
cambiar pudiera sus andrajos por tu seda.

No le quedan a su lado ni amigos ni doncellas,
lo acompañan en su viaje un fiel perro y sus penas,
su comida solo es suya cuando sobra de la ajena,
siempre sueña optimista cobijado por estrellas.

Su cordura ya no es ni pizca de lo que antes era,
hoy delira cuando el inclemente sol lo alcanza,
por las noches se tropieza con alguna remembranza
de cuando el olvidado era simplemente un don cualquiera.

A tu regreso

A tu regreso espero encontrar nuevamente
esos tus ojos grandes color atardecer
y que me devores a besos como la vez
cuando juraste nunca más volverme a ver
mientras tu corazón decía algo diferente.

A tu regreso espero admirar tu silueta
que mi mente aún recuerda muy bien
cada pliegue, cada curva, cada grieta,
cada espacio que recorrí más de una vez;
aunque recorra el planeta como tú no hay quien.

A tu regreso me costará te lo aseguro,
decirte lo que siento y lo que pienso,
recuerda que siempre he sido algo inseguro
y aunque jamás suelo dar algo por cierto
ambos sabemos que te amo y no lo dudo.

A tu regreso caducará la pesadilla
que ha sido soportar tu maldita ausencia.
A tu regreso ya no habrán más despedidas
y se apiñarán uno a uno en la buhardilla
los errores que me impidieron tu presencia.

Nuestro asunto

No hay necesidad de que me obligues
por la fuerza a hacer lo que más quiero
que es amarte por amor y sin desquite
y que tú me ames más de lo que espero.

Sepa usted que cada día yo muero
por encontrar un atajo hasta su boca,
que se desvíe por debajo de su ropa
y que avive la pasión y el desenfreno.

Incontables madrugadas me ha tocado
imaginarla ufana y majestuosa,
acurrucada sonriente a mi costado
esbozando un dulce beso color rosa.

Caminando por la calle del destino
al ardor de un cigarrillo me pregunto
si acaso aún recuerda haberme visto
o ya habrá olvidado nuestro asunto.

Redes sociales

Sin buscar encuentro en las redes sociales
que mi signo del zodiaco es el más perfecto,
que el hijo del vecino de la ex mujer de mi primo
empezó el vacacional de artes marciales,
que el planeta es plano y por dentro es hueco.

Sin querer le he dado un like a una foto
de un tumor que se cura con cien mil amenes
y me ha tocado replantearme si estoy loco
o acaso el tren partió y me quedé en los andenes
de la estación del new age y su alboroto.

Se acabó la utopía, ya no hay revolución;
solo queda indicarle con un meme al presidente
que nos cabrean sus impuestos, la puta corrupción
y que ose privarnos de salud y educación;
aunque el infausto no lo vea, que lo tenga presente.

Tu secreto

Quisiera saber cuál es tu secreto
para que te sea tan fácil la ausencia
de unos besos que rompan la espera
de contar con tu bendita presencia.

Aunque digas que me amas con locura
tal parece que te han inoculado
con una infame y gélida cordura
digna de un aburrido letrado.

Me hierve el alma por ir a buscarte
a pesar de que soy un desalmado
mas hoy tengo miedo de encontrarte
ya sin ser la mujer que he amado.

Qué perverso es siempre el destino
por hacernos confiar en amores
que empiezan siendo un buen vino
y terminan siendo zafios licores.

Tren al ocaso

Inútil pasión, arenga de todos,
yo sin embargo y como siempre:
de camiseta un caso omiso,
chaqueta de necedad y costumbre,
calzado de cuero color olvido.

Agudo dolor de alma y huesos
provoca el hastío de tu corazón.
Baldío el terreno de esos tus besos
que tu boca jamás me concedió
quedándose allí tristes y presos.

!Au revoir!, ¡hasta nunca!, arrivederci!
¡Buena suerte en tu próximo fracaso!
gritaban en la estación de los trenes
que partían sin retorno hacia el ocaso,
quienes también perdieron sus edenes.

La Luna y el gato

Luna lozana y presumida,
tan distante y tan fastuosa,
con tu afamada arrogancia
siempre ignoras desdeñosa,
indolente y malagradecida
a quien te cree majestuosa.

Luna, concubina del rey Sol,
que desbordas brillo por la noche
y ensayas descansos en el día,
siempre ha sido mi alegría
contemplarte en el fatuo derroche
de tu augusto resplandor.

Luna que funges como antorcha
del amor que profesa este gato
que maúlla versos que descorchan
el ron amargo del disparato
de creerse capaz de eximirte
de ser del astro rey su consorte.

Luna que este felino espera
desde una cornisa diferente,
cada vez que llega el ocaso
mi corazón ruega insistente
que un prodigioso chiripazo
te acaudille hasta mi vera.

Cristinita

¡Qué desdicha tu asunto Cristinita!
en el medio del fuego cruzado
de improperios y acusaciones,
de abogados, papeles y juzgado,
de visitas y precoces elecciones.

¡Qué desdicha tu asunto Cristinita!
sin pedir patrocinio ni nacimiento,
sin consentimiento hoy tiran de tus brazos
los que vivían de disfrutar el momento:
¡Carpe diem! y fueron derecho al fracaso.

¡Qué desdicha tu asunto Cristinita!
son dos navidades y dos cumpleaños
dos habitaciones para imaginar
que las refriegas han sido solo engaños
y que solamente tienes un hogar.

Embuste

Se encabronan los días cuando más agudiza tu ausencia,
se atribulan las horas en las que ya no estás,
me condena a muerte cada minuto que agencia
la inefable arribada de esta acerba soledad.

El teléfono no suena y recrudece la pena
de este corazón que está próximo a sucumbir
sufriendo el agravio de este amor que gangrena
y no existe novena que lo salve de morir.

Se agrava el desamparo, se aturde la razón,
colapsan los sentidos, se acompleja la ilusión.
Ya claudica el optimismo cada vez con menos fe
de que vuelvas a mentirme: "nunca más te dejaré".

Miércoles de ceniza

Hasta ayer comparsa y risa de carnavales
hoy las hostias son plato fuerte en la mesa
hasta ayer se habían olvidado los modales,
hoy se embozan con máscaras las cabezas.

Hasta ayer los borrachines por las calles
desfilaban al mismo son de las carrozas
hoy apurados se disfrazan al detalle
los siete capitales que arrebozas.

Hasta ayer vagaba indolente el pecado
y el más santo profesaba ojeriza
Hoy ya todo se almacena en el pasado
hoy se lee en los diarios: miércoles de ceniza.

Mientras duermes

Mientras duermes
se silencia el mundo, se estaciona el tiempo
se esconde el gato, se acurruca el perro
se retira el sol y se incorpora la luna,
se llenan los callejones de vida nocturna.

Mientras duermes
sueño que sueñas conmigo y no con cualquiera,
pienso que soy tu capricho y de alguna manera
anhelo quedarme contigo la vida entera.
Mientras dure este ocaso, mientras seas eterna.

Mientras duermes
disfruto admirar tu respiración lenta
tus párpados inquietos, tu frágil piel tersa.
Mientras duermes me detengo a mirar
que eres tan dulce, que eres tan bella.

Diecinueve

Mi número favorito ya no es el tres
ahora le apuesto todo al diecinueve.
Desde aquella tarde alrededor de las seis
cuando llegaste a mi vida y para ser breve,
tan solo sé que nacimos los dos a la vez.

Hoy disfruto contemplarte mientras duermes
y saber que eres feliz cuando despiertas
escucharte balbucear mientras aprendes
a conjugar los verbos, a decir lo que piensas
a llamar a mamá, a las tías y a las abuelas.

Ahora que rayas las paredes con crayones
y juegas a que sabes escribir tu nombre,
ahora soy yo el que al tiempo ruega
que no se vaya tan rápido, que se detenga
y poder ser alcahuete de tus aficiones.

Mi número favorito ya no es el tres
ahora le apuesto todo al diecinueve.
Lo esencial ya no lo busco ni lo encuentro
ni en desenfrenos banales ni en mostradores
prefiero a tu lado quedarme a ver como llueve.

Alcatraz

Números rojos, partida doble,
días grises sin sol ni lluvia.
Papeles, sellos y uniformes
Alcatraz es una oficina.

Gerentes que rebuznan edictos,
torpes de corbata y chanel.
Impresiones, reuniones, archivos,
informes, estrés y un café.

Ceños fruncidos, una sonrisa,
balances, proyectos, resultados.
Cada idea es un exceso olvidado.
Alcatraz es una oficina.

Antonomasia de la costumbre
Nación infame de la rutina
Sobran las sombras, falta la lumbre
Alcatraz es una oficina.

Anatomía

Húmeros, carpos, tibias, peronés
dedos, uñas, cráneos y cabellos
pestañas, corazones, manos, pies
orejas, brazos, rodillas y vellos.

Miradas, sueños, pecados, virtudes
hazañas,orgasmos, vicisitudes
risas, engaños, alivios, dolores
derrotas, victorias, odios y amores

Izquierdas, derechas, cojos y mancos
prosas, versos, imprentas y cursivas
banderas, escudos, casas y barcos
holas, chaos, recuerdos y misivas

Somos lo mismo y nos obsesionamos
en vernos distintos siendo hermanos
malditos sean los que nos dividieron
para oprimirnos a costa del miedo.

De ti

De tu ausencia soy mustio dueño
de tu sonrisa, admirador furtivo
de tus labios, catador incansable
de tu cuerpo, bendecido testigo

De tus caderas, cinto inseparable
de tus ojos soy víctima de hipnosis
de tus sueños, aspirante infaltable
de tu vida, una inefable neurosis

De tus mañanas soy solo minutos
de tus tardes, prolongada ausencia
de tus noches, celador absoluto
de tu aliento se basa mi existencia.

Comme ci comme ça

De estado civil: arrepentido
el peor que se pueda llevar
por echar tanto tiempo perdido
al talego de la causalidad

Por edad porto ya varios siglos
embutidos en casi tres décadas
en conciencia que todo es castigo
si no hay con qué desahogar

Libertad sabe a agria quimera
alcanzable con tequila y sal
se marcha con el alba primera
que es mezcla de resaca con pan

Tus ojos son mi yacimiento
de inocencia, de amor y de paz
hoy por ti me desarrepiento
hoy por ti somos la libertad

Miedo a envejecer

Le tengo cierto miedo a envejecer
por saber más por viejo que por diablo
cuentan que ser viejo es reconocer
que se están extinguiendo los ocasos
que la vida se queda sin qué ofrecer
y que la muerte ya te pisa los pasos

Le tengo cierto miedo a envejecer
por aquello de volverme más necio
y que mi necedad me cueste perder
lo que no tiene ni ha tenido precio
como admirar los prados florecer
como reír o llorar con tus recuerdos

Le tengo cierto miedo a envejecer
talvez porque jamás he sido viejo
y estoy perdiendo mi tiempo en creer
que la vejez sea solo un triste apendejo
cuando en realidad no sea más que
darle fin a este vodevil sin gracejo

Afuera llueve

Para esta lluvia
de frazada tu cuerpo
de bebida café
de fogata un cigarrillo
de venganza un recuerdo
de comida tus besos
de pasatiempo tu cabello
de vicio tu cintura
de consejo mis dudas
de colores mis sueños
de añil mis deseos
de estar contigo bajo el sol
y por supuesto
bajo esta lluvia.

Bajo el farol estaba

En el parque bajo el farol estaba
su candor desdeñado y sin color
En el parque bajo el farol lloraba
su alegría ahora llamada desamor

En el parque bajo el farol estaba
la dulce niña que hace años rapté
En el parque bajo el farol quedaba
tanto egoísmo que por años apilé

En el parque bajo el farol estaba
su ilusión ya deshecha por mi error
En el parque bajo el farol pifiaba
mi intento de remendar su corazón

En el parque bajo el farol estaba
su mirada persiguiendo lechuguines
En el parque bajo el farol soñaba
que yo siempre borraría sus carmines

Para no herirte tanto

Ámame menos para no herirte tanto
con mi don de hacer daño al mayoreo
solo he podido darte dolor y llanto
malgastando tu pureza con mi albureo

Ámame menos para no herirte tanto
que aunque me esfuerzo aún no consigo
de tus desdichas y agravios ser camposanto
ni de tus victorias ser causa y testigo

Ámame menos para no herirte tanto
no es una orden más bien es un ruego
sálvame de la desidia y del quebranto
¡por favor! tú mi ángel de luz y sosiego

Serendipia

Caminando, no corriendo porque cansa
y el cansado frena al que avanza
hoy me topo con la dicha de tenerte
sin buscarte hoy celebro tu mudanza
a un rincón de mi corazón con suerte
de poder ser quien auspicia tu moranza

¡Qué desdicha la de quien no te ha visto!
En alguna de tus dos rutinas diarias:
emprender tu despertar cada mañana
o el prodigio de cuando te desvisto
¡Qué tragedia no guardar en la memoria!
la silueta de tus pechos ¡ay mi Cristo!

Funeral

El finado descansaba en su última morada.
Los vecinos, los curiosos, los amigos y enemigos, se acercaban,
murmuraban, inventaban y contaban
lo que en vida había sido el que con nosotros ya no estaba.

La vida seguía, pero el tiempo se estancaba
para el que se adelantó en llegar a la última parada
de la vida que es la muerte;
la segunda parte de la historia de cada uno de nosotros,
de todos los que vinimos a pasar por un rato
por el escaparate del tiempo y del espacio,
por los estantes de los días que se fueron y que ya no volverán.

Hasta siempre Haydeé

Había aroma a recuerdos, café y dolor;
se respiraba tan solo tristeza e impotencia.
No cabía en la mente de los asistentes
cómo se podría lidiar ahora con la ausencia
de quien en vida entregó al mundo todo su amor.

Había un arroyo hecho a fuerza de lágrimas
que corría vertiginoso hacia el olvido,
una rutina que evidentemente cambiaba,
una llamada que ya nunca más llegaría,
una nostalgia que rauda se engrandecía
a causa de este duelo que nos lastimaba

Había consuelo de que nada fue en vano,
había esperanza de albores mejores.
Hay amargas tristezas que arrasan con todo
pero también hay amores que sanan dolores
y brindan abrigo al frío de los corazones
que siguen latiendo añorando el pasado.